Posted by WanderersFutbol on 01 Feb 2018 /
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En septiembre de 1938 Mussolini desembarca en Trieste dándose un baño de masas para realizar uno de sus discursos con más odio. En el este de Italia expone un discurso racista muy claro: El enemigo irreconciliable de los italianos son los judíos. A partir de ahí se crean las leyes raciales fascistas italianas, en ella se obliga a la expulsión del país a los judíos con fecha de ingreso en el país posterior a 1919 o la prohibición de matrimonio entre italianos y los judíos.
Todo ello convive con el interés por el deporte por parte del dictador. Mussolini entiende que el fútbol es clave para difundir la propaganda. En particular la selección italiana campeona del Mundo de 1934 y 38 debía jugar con la ‘camicia nera’. Las victorias en aquella época, eran victorias de la RAZA. Es por eso que se pide expresamente a la federación italiana de ‘desjudeizar el fútbol’.

En la temporada 38-39 prácticamente la mitad de entrenadores venían del este de Europa y entre casi un cuarto eran hebreos. Con las leyes raciales tenían 6 meses de para abandonar el país. El ser personaje público no ayudaba, la prensa les denunciaba y difamaban contra estos ellos. El periódico ‘El fútbol ilustrado’ decía que la ley racista beneficiaría al fútbol italiano, así dejarán de ‘vender humo’ esos entrenadores del este y dejarán espacio a entrenadores italianos.
El caso más recordado en el mundo del fútbol fue el de Arpad Weisz que no lograría salvar su vida. Uno de los mejores preparadores de la época, en 1930 ganó el Scudetto con la Ambrosiana Inter, con 34 años. Todavía hoy es el entrenador más joven en ganar un campeonato. En esos años formó a 6 campeones del Mundo, entre ellos Giuseppe Meazza al que hizo debutar con 16 años en el Inter. Después llegó a Bologna, dónde ganó 2 Scudetti consecutivos en el 36 y 37 realizando un juego de gran calidad. En el 38 se preparaba para un nuevo campeonato pero tuvo que dejar Italia por las leyes raciales.
Primero recaen en a París, después llegan a Holanda dónde entrenaría al Dordrecht. Ahí fue para su desgracia fue capturado por los nazis y llevado al campo de concentración de Auschwitz, dónde morirá junto a el resto de su familia.

Hoy una enorme placa de mármol situada en la torre Maratona del estadio Renato Dall’Ara de Bologna recuerda la historia de Weisz, y desde hace pocos meses además da nombre a una tribuna del estadio.
Una historia que se ha mantenido en el olvido durante más de 70 años y que es recordada en el día de la memoria.