Este año no es uno más en la historia de Boca. La dirigencia actual ha avanzado en su proyecto de estadio-shopping haciéndose de los terrenos de Casa Amarilla. Este proyecto significa un atentado contra la identidad xeneize, un perjuicio enorme para el barrio de La Boca, una deuda impagable para el club y la expulsión definitiva del pueblo bostero de la cancha.
Sabemos que el partido político que dirige nuestro club ha ganado las elecciones en ciudad y en nación y que eso los fortalece.
También sabemos que cuentan con la complicidad de los principales medios de comunicación, los que piden a gritos un nuevo estadio porque “Boca necesita un estadio más grande”, sin cuestionar las miles de plateas que la dirigencia negocia por partido con empresas y que deberían ser para la hinchada, ocultando que esta camada de dirigencias macristas fueron las que nos achicaron La Bombonera transformando populares en plateas y sin mencionar la viabilidad de la ampliación de La Bombonera. Aún así, estamos convencidos que si los y las hinchas de Boca nos organizamos y nos movilizamos, les será imposible llevarlo a cabo. Por eso luchamos y por eso vivimos.
No nos quedemos de brazos cruzados, salgamos a defender lo que es nuestro. La historia nos exige que actuemos ahora, en este momento y en cada momento, de manera constante, porque después puede ser demasiado tarde.