Esta vez el llamamiento no proviene de ningún nostálgico, ni de ningún grupo de aficionados reclamando más protagonismo dentro de su club. El autor de esta frase es un empresario alemán propietario del Bradford City, equipo de tercera división inglesa (el equivalente a Segunda División B española) en una entrevista a ‘Times’. Por si fuera poco, Edin Rahic ha anunciado que en caso de ascenso a Premier League decidirá poner el precio de las entradas a solo 1 libra.
Cierto es que para llegar a la máxima división se necesitan dos años de éxitos, subir a primera división puede parecer una utopía y así es fácil prometer. Sin embargo, en esta entidad situada a solo 13 kilómetros de Leeds llevan realizando políticas para favorecer la integración de seguidores desde hace un año. Por ejemplo, los abonos anuales están fijados en 149£ en todas las zonas del estadio, lo cuota más baja de la categoría de largo. Esto ha tenido un impacto muy positivo en la afluencia de público a Valley Parade y también en los resultados: su última derrota de local en liga fue el 15 de mayo.
Rahic prosigue en su entrevista: “Más gente en el estadio significa más ambiente y eso es más difícil para los visitantes. Además, si los aficionados gastan menos en las entradas y vienen al estadio, pueden gastar más en merchandising. Este año hemos vendido 12 mil camisetas, un número récord en League One”.
Bradford es una ciudad trabajadora y queremos devolver la ‘working class’ al estadio. En Alemania es posible comprar tickets económicos gracias a los asientos ‘de pie’. Un abono puede costar sólo 110€ incluso para Borussia Dortmund o Bayern. En Premier League es una vergüenza, los precios son altísimos. Existen demasiados jugadores mediocres pagados demasiado. ¿Por qué no devolver alguna cosa a los aficionados? Quiero tener en Valley Parade la mejor atmósfera de Inglaterra
Edin Rahic
La renovación del modelo del fútbol inglés está alejando a los seguidores locales de sus equipos y contra esto lucha el propietario del Bradford City. Se han creado estadios lujosos poblados de turistas y el ruido de los cánticos está siendo acallado por el los flashes de las cámaras de fotos. Por suerte, aún existen movimientos como el ‘safe-standing’ que intenta recuperar un público que además de ser más pasional, también puede ser rentable económicamente.