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Escudo del CD Palencia

CD Palencia: Un club popular secuestrado

El Palencia es todo un terremoto

Nadie pensaba en la ciudad de Palencia que a partir del día 25 de junio, día que consiguen el ascenso a Segunda B, la situación del club cambiaría por completo y entraría un periodo convulso y de guerra social.

Cuando la directiva exponía a la asamblea de socios los presupuestos de la temporada histórica que se les presentaba en la categoría de bronce del fútbol español, todos salían contentos por lo presentado y con mucha ilusión ante lo que se avecinaba.

A partir de este momento, parece que los dirigentes del club buscaron todas las formas posibles para estar contra la masa social y la filosofía de este club popular fundado por y para los aficionados y aficionadas. Todo comenzó tras un partido de pretemporada en Tordesillas donde se destituyó al entrenador tras haber sido renovado semanas antes, pero todo habría quedado en anecdótico si no hubiese sido porque esta decisión fue la que hizo destapar todas las cartas al presidente, Javier Rodríguez. Se descubrió que hacía una semana que el club estaba siendo dirigido por un grupo inversor que venía a prestar el dinero para pagar la deuda del club y a raíz de ahí un solo único objetivo, hacer negocio a costa del club, en palabras de Franciso Serrano, portavoz del grupo inversor: "Aquí vengo porque veo que se puede hacer negocio y todos podemos ganar dinero".

En este momento los organismos del club y sus socios comienzan a mover ficha, con reuniones del Senado del club (organismo que vela por la filosofía del club) y reuniones informales de los socios. Ante todo el revuelo, el presidente firma el contrato (documento que nunca han querido enseñar a nadie) con esta empresa sin contar con los socios y seguidamente convoca un referéndum (esta figura no existe en los estatutos del club y todo préstamo tiene que estar aprobado por la Asamblea de Socios, órgano de decisión de la entidad) al que solamente votan 25 socios, ya no se quiere avalar este movimiento ilegal, además la forma de voto no era secreto y presuntamente vulneraba la Ley de Protección de Datos.

Ante este paripé de votación un grupo de socios se presenta en la sede del club a pedir explicaciones y no encuentran respuesta de nadie de la directiva ya que la única persona que componía este organismo era la figura del presidente, ya que había destituido a todos sus cargos por desavenencias en la gestión. Con todo esto se hace una denuncia oficial en la Junta de Castilla y León y en la Federación de Castilla y León de Fútbol. Además algún socio de forma individual tiene metido por lo judicial todas las ilegalidades que el presidente está llevando a cabo en nombre del club.

A la vez que va ocurriendo todo esto el equipo se encuentra sin plantilla y sin entrenador, a raíz que firman el contrato de gestión económica y deportiva del club, empiezan a llegar jugadores y dar la baja a los jugadores más díscolos e históricos en la entidad. Un jugador, Diego Torres, y el segundo entrenador Alberto Serrano, son nombrados secretario y tesorero del club para poder gestionar la inscripción de la plantilla, ya que nadie quería ocupar ningún puesto en la directiva.

En la actualidad el presidente del club está a espera de varios juicios por las posibles ilegalidades que ha cometido en la entidad y un gran grupo de socios muy en contra de la situación y de la entrada de un grupo de personas ajeno al club a controlarlo. Tanto es así que son continuadas las protestas que se encuentran en los partidos del CD Palencia y en los aledaños de La Balastera.