Los siete dirigentes de la FIFA detenidos el pasado 27 de mayo en una redada en Zurich (Suiza) han solicitado no ser extraditados a Estados Unidos. Declaración que ha llegado después de que la embajada norteamericana en Berna haya solicitado formalmente su traslado a Norteamérica.
Los directivos del máximo órgano del fútbol arrestados y acusados por lavado de dinero, fraude y asociación ilícita son: Eugenio Figueredo (vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol y de la FIFA), Eduardo Li (presidente de la Federación costarricense de fútbol), Costar Takkas (británico, ex secretario general de la Federación de Fútbol de Islas Caimán), Julio Rocha (expresidente de la Federación Nicaraguense de Fútbol y funcionario de la FIFA), José María Marín (miembro ejecutivo de la Confederación Sudamericana de Fútbol), Rafael Esquivel /(presidente de la Federación de Fútbol de Venezuela y miembro ejecutivo de la Confederación Sudamericana de Fútbol) y Jeffrey Webb (presidente de la CONCACAF, y vicepresidente de la FIFA). Además, también fueron arrestados tres ejecutivos argentinos involucrados: Alejandro Burzaco (ex CEO de Torneos), Hugo y Mariano Jinkis (FutPlay).
Caso especial es el de Jeffrey Webb, ya que las Islas Caimán también ha solicitado la extradición. Esto se debe a que es su país de origen y también debido a que podría haber cometido otras irregularidades en el sistema sanitario de las islas caribeñas.
Mientras tanto, la fiscalía de Suiza avanza en sus investigaciones y ha llamado a declarar a varios dirigentes del Comité Ejecutivo de la FIFA. El tribunal busca esclarecer si el proceso por el que se eligió cómo sedes a Rusia y Qatar de los Mundiales 2018 y 2022 fue limpio. Para ello varios dirigentes deberán pasar por el juzgado, entre ellos el actual presidente de la Federación Española, Ángel Villar o Vitaly Mutko, el ministro de Deportes de Rusia y miembro de la FIFA.