Estadio Rajko Mitić, Belgrado. En la casa del Estrella Roja, se jugaba un partido de la selección nacional de Serbia, que se está jugando, junto a Irlanda y Gales, el primer puesto en el grupo D de la clasificación europea al Mundial de Rusia 2018.
El partido contra Gales en el Pequeño Marakaná era crucial: Serbia no debía perder, los visitantes en cambio necesitan los tres puntos para recuperar posiciones en la carrera por el primer puesto. Pero, en el minuto 35, el árbitro concedió un penalti para Gales.
Con la ausencia del líder carismático, Gareth Bale, en el punto fatídico se presentó Aaron Ramsey. El jugador del Arsenal tomó carrera, ralentizó el paso, dejó que Stojkovic hiciera el primer movimiento e después le deja sentado con un toque suave, una caricia al balón, que se acomoda en la portería con gracia y elegancia.
Ese toque tiene un nombre preciso.
En Italia lo llaman «cucchiaio» (cuchara), para el resto del mundo, es el Panenka.
El penalti de Ramsey de ayer fue un homenaje a la historia del fútbol.
No sabemos si fue voluntario, no sabemos si el galés lo había pensado, quizás era premeditado, o si se inspiró en el último momento, por el ambiente, por la atmósfera del Marakaná. No sabemos que espíritu entró en contacto improvisadamente con los pies de Ramsey.
No podemos saberlo, pero si que podemos tener segura una cosa. El Panenka, el penalti lanzado con el toque bajo el balón, nació exactamente allí, hace casi 41 años.
En el mismo estadio.
En la misma portería.
Sobre el mismo punto de penalti.
Se debe ir un tiempo atrás, a la final de la Eurocopa de 1976, entre Alemania Occidental y Checoslovaquia, jugada en ese escenario. Los equipos acabaron el tiempo reglamentario y la prórroga con un 2-2, y se jugarían el título en los penaltis. Los primeros siete fueron dentro, pero UIi Hoeness lanzó el balón por encima del travesaño.
En los pies de Antonín Panenka estaba el balón que valía un título continental. Panenka, un acto de locura, un golpe de genio que pasó a la historia. En ese momento nace el Panenka.
Aaron Ramsey, ayer por la tarde, hizo que el este nombre regresara de su viaje por la historia, llevó el Panenka a casa de nuevo.
Valerio Nicastro
Delinquienti del Pallone