Son ya conocidas las innumerables consecuencias sociales, políticas y económicas que supuso que la ciudad de Berlín fuera dividida en dos por un muro después de la II Guerra Mundial. Algo tan simple, tan normal cómo ir al estadio a animar al equipo de tus amores se convirtió en un imposible.
Tras la guerra, Alemania Democrática creó una federación de fútbol independiente y el fútbol también sufrió las consecuencias de la división del país. Muchos aficionados residentes en la parte oriental eran seguidores del Hertha de Berlín, algo que no hacía mucha gracia a los soviéticos dado que este equipo encontraba en la parte oeste de la ciudad. Hasta la construcción del “muro de la vergüenza”, los simpatizantes del Hertha podían cruzar la ciudad para animar a su equipo, pero todo cambio en 1961.
Vivir en la zona comunista de la ciudad supuso un duro golpe a los aficionados y seguidores de dicho equipo, no podrían desplazarse más al estadio con sus camisetas y bufandas para alentar a su “Hertha”. Este revés no cambió el pensamiento de los berlineses del este que tenían en su equipo favorito al club que jugaba al otro lado del muro.
Por fortuna, el estadio Gesundbrunnen in Wedding, conocido como el “Plumbe” estaba situado muy cerca del muro que separaba Berlín en dos. Esto permitió a los seguidores más acérrimos del club que se acercaran lo máximo posible al estadio para estar cerca de su equipo y animar desde “el otro lado”. Gracias a los gritos que provenían del recinto dónde se jugaba el partido se enteraban de lo que ocurría en el campo, cuando el Hertha anotaba, los gritos de celebración inundaban la parte este.
Esta curiosa estampa duró hasta 1963, año en el que se creó la Bundesliga y se decidió que el Hertha jugará sus encuentros en el Estadio Olimpico, un estadio con mucha más capacidad pero alejado del muro.
A partir de aquí llegaron años difíciles para el Hertha, condenado a un descenso por irregularidades en la contratación de jugadores y con la afición del lado comunista siguiendo los partidos como buenamente podían, en muchas ocasiones de forma clandestina, escondiéndose de la Stasi.
Finalmente, el muro cayó 28 años después y los seguidores del conjunto blanquiazul pudieron volver a un estadio a animar a su equipo como locales. Además, el equipo respondió y se clasificó para UEFA y Champions League en los años posteriores. Tristemente para Berlín aquello no tuvo continuidad y el Hertha deambulaba sin mucho éxito entre la primera y segunda división alemana. Actualmente es el líder de la 2. Bundesliga y parece que la capital de Alemania recibirá fútbol de primer nivel la temporada que viene.
Mario Gago, (@gago_mario )