Los negocios con Doyen Sports le han salido caros al Twente. El escándalo levantado por ‘Football Leaks’ provocó la dimisión del presidente, Aldo van der Laan, y ha mandado al equipo a la segunda división holandesa, el club pierde su plaza en la Eridivisie, primera división holandesa. La federación holandesa hizo público ayer el descenso del equipo a la Segunda División debido a que ocultó detalles de un contrato firmado en 2014 con el fondo de inversión con sede en Malta.
En diciembre, el Twente ya fue excluido de competiciones europeas y sancionado con una multa de 45.250. Ahora el Comité de Licencias de la KNVB (Federación holandesa) ha decidido que el Twente no merece la licencia para jugar en Eridivisie, pero se le permite competir en la Segunda División.
El portal «Football Leaks» hizo público el contrato entre Doyen y el Twente, una inyección de 5 millones de euros a cambio de un porcentaje en futuros traspasos de siete de jugadores. El problema radica en que estos documentos constatan que Doyen tenía voz y voto en los traspasos de los futbolistas, algo prohibido para la KNVB.
Twente no es un caso aislado, pero deja ver el modus operandi de los ‘third-party ownership’ (TPO), o cómo son conocidos en España: Fondos de inversión. En 2015 fue la FIFA quién prohibió este tipo de fondos, para evitar que un tercero no tenga derecho a participar en una futura venta o a influir en las operaciones del club.
Otro equipo multado por este tipo de práctica fue el Sevilla, con 50.000 euros. Doyen Sport tiene otros lazos en España con equipos como el Atlético de Madrid, el Sporting de Gijón o el Granada. Esta empresa tiene la sede en Malta y es la más conocida entre las que se dedican a los TPO. Tras la prohibición de la FIFA ha llevado a cabo varias campañas para que el TPO vuelva a ser legal y aceptado por el máximo organismo futbolístico.