Normalmente, si hablamos de los clubes con más afición en los diferentes países con tradición futbolística, lo habitual es que sean los conjuntos más laureados en su tierra. En el caso que tratamos a continuación no es así. La afición llegó antes que los títulos.
El Clube de Regatas do Flamengo nació en 1895 a partir de un club de remo y comenzó a conseguir popularidad en Río de Janeiro gracias a que sus jugadores entrenaban en una plaza enfrente de la playa de Rusell mezclados entre el resto de vecinos.
Todo en una época de profundos cambios en Brasil, económicos, sociales, políticos y culturales. Estas transformaciones fueron más acentuadas en Río, el club nació poco antes de que el fútbol y la samba entrasen directamente en la vida de los cariocas.
Fundado por quince remeros, ocho de los cuales acababan de sobrevivir milagrosamente a un naufragio, no se dedicaron al fútbol de forma “profesional” hasta 1911, y tan solo tres años después conseguiría su primer campeonato Carioca.
La torcida de Mengao, Patrimonio Cultural
La hinchada rubo-negra (llamada así por los colores de su camiseta) no puede presumir de ser el equipo con más trofeos del país, pero al menos pueden sacar pecho al ser uno de los cinco conjuntos (junto a Cruzeiro, Internacional, Santos y Sao Paulo) que nunca han sido relegados de la Primera División y de que su afición fuera declarada como Bien Cultural de la Ciudad en el año 2007.
Alguien que dio muchas alegrías a esta afición fue: Arthur Antunes Coimbra “Zico”, vistió el “manto sagrado” del conjunto de Río durante toda su carrera salvo dos temporadas (entre 1983 y 1985) en las que fue traspasado al Udinese italiano. Conocido como el “Pelé blanco”, fue el impulsor de la época dorada en Maracaná.
Consiguió el campeonato nacional en los años 1980, 1982, 1983 y 1987, levantó siete veces el campeonato Carioca (entre 1974 y 1986), venció la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental en 1981 y además fue máximo goleador en 7 campeonatos estatales y 5 nacionales.
O mais querido
Este apodo tiene su origen en 1927, fecha en la que se realizó un concurso para elegir al club más querido del país más grande de sudamérica, todo ello organizado por el Jornal do Brasil. El vencedor se llevaría la Copa Salutaris, el trofeo tenía alrededor de metro y medio y estaba bañado en plata.
La mecánica del torneo consistía en enviar etiquetas de agua embotellada con el nombre del club por el que se quería apoyar.

Taça Salutaris
Vasco de Gama invirtió mucho dinero para vencer este trofeo gracias a su influencia con comerciantes, pero según cuenta la historia, en Mengao tenían un as guardado debajo de la manga. El día del recuento, unos cuantos dirigentes del Flamengo se disfrazaron de dirigentes de su gran rival haciendo creer que traían más votos. Sin embargo, la astuta maniobra sirvió para tirar los votos que apoyaban al Vascão y así el equipo rubo-negro venció el trofeo. La afición lo celebró como un campeonato, prácticamente como un segundo carnaval.
En este mismo sentido nace “la torcida arco iris”, como el conjunto de todos los colores de distintas aficiones para animar en contra de Flamengo. Porque a veces el ser el más querido también lleva a ser el más odiado por tus rivales.
La rivalidad con Fluminense es una de las más apasionantes del planeta, esto llevó a que en la final del campeonato Carioca se congregaran en Maracaná cerca de 194.000 espectadores. Fue el partido de clubes con más afluencia de la historia.
Para finalizar, dejamos una cita de Leovegildo Lins da Gama Júnior, conocido como Junior y que jugó en el Flamengo entre 1974 – 1984 y entre 1989 – 1994.
Solo los que han pasado por el club saben que es eso, saben que ahí no basta con jugar, hay que dar todo en la cancha
La camiseta es una segunda piel, la piel rubro-negra