El Grande Torino fue un equipo capaz de ganar 5 años consecutivos el ‘Scudetto’ en un periodo histórico clave que marcó la historia de Italia. Pero no sólo fue un ejemplo desde el punto de vista deportivo, el modelo de juego, la cercanía con sus aficionados y el progreso futbolístico que aportó les convirtió en un mito. Por todo esto y mucho más, en la colina de Superga se rinde homenaje cada 4 de mayo a unos campeones que siguen muy vivos entre los seguidores del Torino y del fútbol en todo el mundo.
Para explicar el inicio de esta fábula es necesario hablar de un nombre proprio: Ferruccio Novo, un pequeño empresario turinés de la industria del cuero y de la maquinaria agrícola con la mirada puesta en el fútbol. Tras militar en el sector juvenil del Torino hasta los 16 años, se convirtió en un aficionado más del conjunto ‘granata’. Llega a sentir tanto los colores que ya de empresario lograr entrar en el consejo directivo del AC Torino. Inicialmente, junto a Cuniberti de presidente, no lograba mejorar el nivel de la plantilla, así que en abril de 1939 pide tener más poder. Así, en el periódico La Stampa se podía leer: “Novo nuevo vicepresidente del Toro”. Sólo un mes más tarde, el 31 de mayo de 1939, sigue escalando hasta convertirse en el responsable número uno del equipo.

Ferruccio Novo
Para construir un club ganador, Novo no quiso demostrar más que nadie y por ello se apoyó en los mejores expertos para crear la estabilidad necesaria para generar un proyecto ganador. En ese momento entra en juego una figura importantísima: Vittorio Pozzo. El ex seleccionador de Italia (campeón del Mundo en el ’34 y en ’38) colabora con el presidente para rediseñar el fútbol italiano siguiendo el ejemplo inglés. De esta manera, se dio mucha más importancia al control en el centro del campo y a la fluidez de juego en contra del juego defensivo y de contragolpe. Otro cambio no deportivo trascendental para acrecentar el mito del ‘Grande Torino’, fue convertir a la sociedad en la única en tener un autobús propio y en realizar giras internacionales.
Vittorio Pozzo, Roberto Copernico, Arnaldo Agnisetta fueron los hombres de confianza que llegaron a ocupar lugares importantes en la directiva ‘granata‘. Ellos definieron el staff técnico de una escuadra mítica: Janni, Sperone, Lievesley en el conjunto Primavera y sobre todo el húngaro Egri Erbstein, figura respetada de la época y preparador del Grande Torino, formaron el clan de especialistas que eligieron uno por uno a los jugadores que conformarían lo que muchos han catalogado como ‘uno de los mejores equipos de la historia’
Seguramente, esa escala de poder ideada por Ferrucio Novo permitió que todas las piezas fueran encajando. Una demostración de que para el nacimiento de algo histórico hay que tener clara una planificación, la parte triste es que ese mito fue truncado en un accidente aéreo. Un desastre que acabó con la leyenda del ‘Grande Torino’.

Recuerdo en la basílica de Superga