Hace unos días la asamblea general de FASFE, a iniciativa de la asociación de aficionados del Sporting de Gijón Tu Fe Nunca Decaiga, votó a favor de impulsar una iniciativa legislativa popular (ILP) en materia de deporte profesional. Esta decisión ha pillado por sorpresa a más de uno, ya que pocos dentro de las estructuras de poder del fútbol consideran al colectivo de aficionados como grupo afectado y actor, lo que en inglés se denomina stakeholder, más allá de las tradicionales y huecas apelaciones a los aficionados como el corazón del fútbol o el tan manido “jugador número 12”. Esta tradicional desconsideración obedece a distintos factores, algunos de tipo estructural o económico, como el hecho de que los aficionados, al ser fieles a nuestros equipos, somos un mercado cautivo para sus dirigentes y como tales tenemos poco margen de maniobra como “consumidores” ya que ni por asomo se nos ocurre dejar a nuestro equipo por el de la competencia, algo que sí sucede en muchos otros sectores. También ha sido muy importante para que los aficionados nunca hayamos sido considerados el histórico aislamiento y la falta de colaboración entre hinchadas de los distintos clubes, algo que se ha empezado a romper recientemente al darnos cuenta que muchos son los problemas que nos afectan a todos y que sólo entre todos podremos solucionar.
Podemos contextualizar esta ambiciosa decisión de impulsar una ILP como parte del proceso de creciente empoderamiento de los aficionados en un fútbol que lleva tiempo dándonos la espalda. Tras varios años de trabajo a nivel de club, local o estatal por parte de las asociaciones y grupos de aficionados, muchos pensamos que ha llegado el momento de dar el paso y plantear un modelo de fútbol democrático, transparente y sostenible cuyos clubes sean entidades sociales y culturales que satisfagan necesidades de sus comunidades. La mejor forma de plantear este modelo es redactar y defender el marco legal que lo propicie y regule y el método que nos permite la ley es la ILP.
Esta iniciativa no parte de la nada, sino de muchos años de trabajo de base entre el que hay que destacar la labor de asociaciones de aficionados y pequeños accionistas o el movimiento por un fútbol popular integrado por muchos clubes, algunos de muy nueva creación, que trabajan por un fútbol democrático de las aficiones. También es de reseñar el trabajo de muchísimas peñas y grupos de animación que dentro de su ámbito reniegan del fútbol que nos venden los gestores de nuestro deporte, promoviendo campañas contra algunos de los aspectos más negativos de este, como son la gentrificación de los estadios, la represión de la cultura de grada o los precios y horarios que impiden a los aficionados acudir a ver a sus equipos.
Como vemos, todo esto se ha venido gestando desde hace años pero ¿por qué una ILP? y ¿por qué ahora? La ILP es el procedimiento constitucional que habilita a la ciudadanía para redactar y presentar leyes al Parlamento. Para ello es necesario que medio millón de españoles respalden con su firma el texto legal que luego habrán de discutir y en su caso aprobar las Cortes. Todos recordamos la experiencia reciente de ILP presentada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca con el respaldo de cerca de millón y medio de firmas que fue rechazado por el Congreso tras su inicial tramitación. Podemos decir, por lo tanto, que la necesidad de medio millón de firmas y el hecho de que posteriormente la ILP se someta como proposición de ley al Parlamento, que podría rechazarla, suponen mucho esfuerzo para un resultado incierto. Sin embargo, hemos pensado que el movimiento de aficionados ha llegado a un grado de madurez que hace necesario plantear una ILP como documento marco que muestre lo que queremos para nuestro deporte y que sirva de toque de atención ante unas instituciones que siguen negándose a reconocer la presencia de los aficionados como actor indispensable en el mundo del fútbol, junto a clubes, jugadores, inversores y administraciones. Además, la oportunidad es ahora, cuando el fútbol profesional está mostrando los síntomas de los problemas de gobernanza del actual diseño: deudas estratosféricas, alienación de los aficionados tradicionales o amaño de partidos son sólo tres de ellos, y cuando existe un mandato de las Cortes al gobierno tras la Subcomisión sobre Deporte Profesional de 2010 para que cambie el marco legal, algo a lo que el CSD no parece querer o saber dar solución. De esta manera, incluso si el CSD presentara su proyecto en este final de legislatura, los aficionados tendremos un texto alternativo y deberemos trabajar para que se vea reflejado en la ley que definitivamente se apruebe. Nuestra ILP no debe ser sólo un proyecto puntual, sino el cimiento constitucional y articulador de las aspiraciones de los aficionados.
La redacción de la ILP será participativa, queremos que todos los aficionados y sus organizaciones que tengan algo que aportar, contribuyan a que esta ley sea democrática desde su mismo diseño. Partimos de una base de propuestas que ya presentamos en 2011 a los partidos políticos que concurrieron a las elecciones generales (PDF), pero ese será sólo el punto de partida ya que el grupo que redactará el texto de la ILP está abierto a todos. Animamos a todas las asociaciones, peñas, grupos de animación, clubes populares etc. a que contribuyan en el proceso, porque sólo así será esta la ley de todos. Para participar basta con ponerse en contacto con FASFE a través de nuestra página web (www.fasfe.org).
Los aficionados estamos ante una oportunidad que nos debe situar en el mapa del gobierno del deporte. Ahora debemos saber articular nuestras reivindicaciones y presentarlas al resto de grupos afectados del fútbol, a la administración y al conjunto de la sociedad. Queremos un fútbol abierto, democrático, transparente, sostenible, sin deudas y que contribuya al bienestar de la sociedad, no un negocio para unos pocos, un pozo sin fondo para las administraciones y una rémora en muchos aspectos para toda la sociedad, que es en lo que nos lo están convirtiendo.
Emilio Abejón
Aficionado del Atlético de Madrid y Secretario de FASFE