De la mano de la derecha más radical, el movimiento ultras daba sus primeros pasos en Italia. En ese periodo empezó a gestarse la curva de la Lazio sin disimular su ideología. Pero a pesar de que eso les ha supuesto varias condenas, investigaciones e incluso prohibiciones, han seguido dominando el ‘tifo biancoceleste’ sin interrupción.
Desde las ‘cruces célticas’ en los años noventa, a los “buuu” racistas actuales que conllevan el cierre de esa zona del campo; del “Honor al tigre Arkan”, a las pancartas antisemitas, pasando por las investigaciones que cada cierto tiempo hace la Federación. Todo ello forma parte de los casi 50 años de historia de los grupos organizados en torno a la Lazio.
A decir verdad, toda la historia de esta entidad viene marcada por el fascismo. Su creador en 1900, Luigi Bigiarelli, era un oficial de los Bersaglieri que quería hacer resurgir el olimpismo. De hecho, la elección de los colores blanco y celeste no fue casualidad: los tomó de la bandera griega. Años más tarde, ni siquiera Mussolini pudo convencer al general fascista Giorgio Vaccaro de unirse a la Roma para crear un único equipo fuerte de la capital. Dicho militar tenía prestigio e influencia en el régimen para evadir los deseos del Duce.
Para entender el ‘tifo’ organizado de este equipo hay que ir a la famosa ‘Curva Sud’ del Olímpico, desde hace decenios la zona del estadio reservado a los ‘romanistas’, la misma en la que han aparecido las famosas pegatinas de ‘Anna Frank’. En la época de los 70, una esquina estaba poblada por los chavales de periferia que apoyaban a las ‘aguilas’, la otra parte, ‘giallorossa’, estaba reservada para los seguidores provenientes de los barrios obreros de la capital.
La primera manifestación política polémica de la curva se produjo en 1974. La Lazio ganó el ‘Scudetto’ con Giorgio Chinaglia (reconocido fascista) como estrella y para exaltarlo los ultras toman prestado el eslogan del ‘Movimiento Social Italiano’ (partido político neofascista formado por seguidores de Mussolini). Aquel lema recitaba:
Contro il sistema Contra el sistema
la gioventù si scaglia la juventud se lanza
Boia chi molla muerte al que afloja
è il grido di battaglia, es el grito de batalla
Giorgio Chinaglia Giorgio Chinaglia
è il grido di battaglia es el grito de batalla
Más adelante, a partir de 1977 nacen los ‘Eagles Supporters‘ que continúan en la Curva Sud, aunque en los derbis cambiaban su ubicación a la zona opuesta del campo para evitar los enfrentamientos con los ultras del otro equipo de la ciudad. Su primera acción fue en octubre del de ese año, ante la Juventus, mostrando una pancarta de 56 metros de longitud.
Dos años más tarde se decidió establecerse definitivamente en la Curva Nord, después de la tragedia en el derbi de 1979. Vincenzo Paparelli fallecía después de recibir un disparo de un ‘tifoso romanista’. Hubo prohibiciones de todo tipo, sobre todo para la curva de la Roma, pero los ‘Eagles’ también debían cambiar su logo (un águila con las alas abiertas) ya que recordaba al símbolo de las Wehrmacht nazis. Sería sustituida por otro tipo de águila más estilizada, el símbolo de Eldorado (el equipo de baloncesto del club).La mudanza final se completó un 9 diciembre de 1979, apenas un mes y medio después del fallecimiento de Paparelli. La motivación: “Vincenzo murió aquí, en la curva norte. Esta tiene que ser nuestra nueva casa”.
Una década más tarde surgió el grupo que actualmente domina la curva, ‘Gli Irriducibili’, siguiendo el movimiento ‘hooligan’ acaban imponiéndose sobre los ‘Eagles’ que desaparecen en la temporada 92/93. Este nuevo clan es el primero en Italia en adoptar el estilo ‘casual’, siguiendo la tendencia de vestirse de un modo informal, sin los colores del equipo. Una práctica que nace en Inglaterra para evitar los controles después de las leyes de Thatcher. Y así han seguido conservando protagonismo a lo largo de los años, desde los saludos de Paolo Di Canio hasta las últimas e históricas huelgas de animación en contra de los nuevos controles de seguridad. Esta protesta duró un año y medio pero, tras negociar con las fuerzas de seguridad romanas, ahora han vuelto.
Después de este período de baja actividad, parece que los ultras de la Lazio quieren volver hacerse notar: El año pasado, tras un derbi, colocaron una pancarta anti-Roma en el Coliseo con muñecos hinchables ahorcados, sus cánticos racistas han vuelto a ser castigados y sus pegatinas antisemitas han dado la vuelta al mundo. Todo mientras cumplen 30 años de vida mostrando un racismo y un odio que nunca se han preocupado en esconder.
1 Comment
No generalicéis tanto, podríais informaros de que la Lazio fue uno de los equipos que más se opuso al fascismo de Mussolini, y no porque ene sa época tuviese dirigentes fascistas. Y hay aficionados y peñas antifascistas que animan a la Lazio pero que quedan ensombrecidas por esta gentuza, véase los Dissidenti Lazio.