La identificación biométrica para acceder a los campos de fútbol se está implementando en el fútbol español de forma generalizada. El último recinto en adoptar esta medida de control será el Sánchez-Pizjuán de Sevilla en el Gol Norte. Este sistema, impuesto por La Liga para las gradas de animación, permite controlar a todos los integrantes de esta parte del estadio y tenerles localizados no sólo en caso de altercados, también en la exposición de pancartas o eslóganes no aceptados por la competición.
La forma de identificar al aficionado es a través de la huella dactilar. El organismo presidido por Javier Tebas asegura que se trata de evitar que otros espectadores se ubiquen en la grada de animación cuando no hayan obtenido dicho título. Una excusa para amedrentar más a los seguidores y amenazar a no protestar ya que su identificación sería inmediata con su consecuente multa.
Antes de lanzar el sistema, se ficha a los socios mediante el registro de la huella del índice de ambas manos, se toma una fotografía digital y se les pide el DNI. Según detallaba el periodista Luis Durán en el diario El Mundo: “los hinchas deben presentar el carné en una primera instancia de control y luego acceden al estadio colocando el dedo índice sobre un lector biométrico que están conectados a un servidor central”. De esta manera el hincha queda ‘registrado’.
Estos nuevos pasos en la ‘prevención de violencia’ se dieron a partir del asesinato del seguidor del Deportivo de La Coruña en noviembre de 2014. A raíz de esto, la Liga Profesional de Fútbol de España (LFP) exigió la implantación de un sistema biométrico de identificación en los denominados “puntos calientes” de campos de fútbol de Primera y Segunda División a partir de la temporada pasada. Para el nuevo curso la implementación será casi generalizada.