Tras 64 años, se puede interrumpir la tradición debido a la negativa a cambiar de fecha el Chievo Verona – Torino.
En un mundo, el del fútbol, en el que se ha olvidado de los sentimientos deportivos, de las tradiciones y de aquellas características que le permitieron, en poco más de un siglo de historia, convertirse en el deporte más querido en todo el mundo. Lo que no hace noticia ni da negocio ya no tiene importancia. Así pasó tan silenciosamente el rechazo de la Lega de Serie A para cambiar la fecha del partido entre Chievo Verona y Torino previsto para el próximo 4 de mayo.
El 4 de mayo de 1949 en Superga, una de las colinas detrás de Turín, un avión se estrelló en la iglesia erigida en la cumbre. No hubo supervivientes. En ese vuelo estaba el equipo que se estaba convirtiendo en él más fuerte en el momento en Europa, (y probablemente de todos los tiempos): mejor conocido como el Grande Torino. Al regresar de Lisboa, donde el conjunto había participado en un partido en homenaje a Francisco Ferrerira, ocurrió esta tragedia. Desde entonces, cada año el pueblo granata, equipo y afición, se reúnen encima de la colina, en la Basílica de Superga para celebrar la memoria de ese equipo invencible que fue capaz de dar 10 de 11 jugadores a la formación inicial de la selección italiana.
Una tradición que después de 64 años parece destinada a ser interrumpida. Una tradición, el homenaje del Grande Torino, que obviamente no hace noticia y ni genera ingresos y por lo tanto no es digno de ser respetado por el fútbol moderno: en tiempos de televisión de pago y fútbol negocio no hay lugar para los sentimientos. Sin embargo, esta referencia constante al pasado en busca de momentos futboleros felices plantea una pregunta: ¿estamos seguros de que el fútbol moderno se merece todavía a sus fans?

Restos del avión que transportaba a la expedición del «Grande Torino» tras el accidente en la colina de Superga.