Roma, barrio de Testaccio. Aquí, entre el Monte dei Cocci[1] y la Pirámide Cestia[2], se erguía el legendario Campo Testaccio: el símbolo del mito romanista, el estadio en que entre el 1929 y el 1940 el equipo giallorosso concedió solo 26 derrotas sobre 161 partidos. Aquel equipo, la Roma del 5-0 contra la Juventus que devino una película, se ha quedado cristalizada en el tiempo como emblema del espíritu que cada aficionado pide a sus jugadores en la cancha. Aquella “Roma testaccina” que demasiadas veces los romanistas han sido obligados a evocar en el recorrido de su propia historia. Campo Testaccio ha sido el escenario de la épica giallorossa, de aquella prehistoria con la cual todos los romanistas, tarde o temprano, se deben confrontar.
De aquel templo del fútbol hoy queda solo un grande y horrible foso, un vacío que cubre casi completamente el terreno donde surgía el estadio. Sumergido por malas hierbas y escombros, ese rectángulo de ciudad, un día pisado por las primeras leyendas romanistas, espera en silencio que llegue el momento de su rescate.

El equipo haciendo su ingreso a la cancha.
El estadio fue inaugurado el 3 de noviembre de 1929. Construido sobre el modelo de los estadios ingleses, hospedaba hasta 20.000 personas en las cuatro gradas de madera pintadas de amarillo y rojo, que los aficionados hacían retumbar con los pies en los momentos de mayor énfasis. Es sabido que quien no encontraba sitio en las atascadísimas gradas, o quien no podía pagar la entrada, se encaramaba sobre el Monte dei Cocci o las Murallas Aurelianas[3]: eran los llamados portoghesi[4], que animaban desde arriba viendo solo media cancha y una portería.
Los futbolistas que pisaron aquella tierra hacen parte del mito romanista: Fulvio Bernardini, Attilio Ferraris IV, Guido Masetti, Rodolfo Volk, Amedeo Amadei. Sus nombres retumban cada domingo en la Curva Sud del Estadio Olímpico, en la canción de Campo Testaccio, el himno que narra las gestas de aquel equipo.
El ambiente de los partidos jugados allí ha sido recordado por mucha gente como una fiesta popular, a la cual participaban todas las clases del pueblo: una explosión de pasión que acoquinaba cualquier adversario.
Desgraciadamente, la fiesta duró poco más que diez años, hasta el 1940. Las gradas llevaban años oscilando y dando señales de inseguridad, y por cada intervención de restauración disminuían las plazas disponibles. El estadio ya era inadapto a contener los números y la exuberancia de la afición romanista, que de allí a dos años habría ganado el primer scudetto de su historia. La Roma dejó así el barrio obrero de Testaccio, para no volver nunca más.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el terreno del estadio, ya demolido, se convirtió una huerta urbana y los vestuarios fueron a menudo utilizados como bunker por los bombardeos. Acabada la guerra, el terreno pasó decenas de años de incuria y abandono hasta cuando en el 2000, a la presencia del alcalde Rutelli y del Presidente de AS Roma Franco Sensi (hijo del proyectista del estadio), fue inaugurado a cargo del Ayuntamiento un campo para el AS Testaccio y algunos sectores juveniles de la Roma.
Pero el periodo de utilizo del terreno según su vocación histórica se interrumpió bruscamente en 2007, cuando la empresa “Consorzio Romano Parcheggi” presentó al Ayuntamiento el proyecto para realizar un parking subterráneo con arriba un campo de fútbol y dos canchas menores. En 2009, obtenido el derecho de superficie por 90 años, las excavadoras de la sociedad de construcciones demolieron el centro deportivo y empezaron a escavar, pero de repente se pararon: después de una larga espera empezaron los problemas, enfrentados con un reciproco descargo de responsabilidades por la empresa y el Ayuntamiento. Entre las muchas responsabilidades emputadas a la empresa de construcción, la de no haber respetado los dictámenes de la Superintendencia en la gestión del material arqueológico encontrado en las excavaciones. De contrario, el constructor se ha quejado por el exceso de burocracia y la pérdida de tiempo del Ayuntamiento, que ha tardado mucho en entregar los vistos buenos necesarios para empezar las obras.
En noviembre de 2012, después de tres avisos de amenaza, el Ayuntamiento de Roma ha revocado la concesión del terreno e intimado al constructor de cubrir el foso escavado. El terreno de Campo Testaccio ha vuelto pues al abandono, a la espera de la sentencia del Tribunal Administrativo, que en junio 2013 ha rechazado el recurso de la empresa dando razón al Ayuntamiento.
Pero, desde la empresa aseguran: “Impugnaremos sin duda la sentencia y volveremos a pedir 9 millones de euro de daños al Ayuntamiento”, obligando pues el Ayuntamiento y toda la ciudadanía interesada a esperar la sentencia del Consiglio di Stato, último grado del derecho administrativo italiano. Una sentencia que todavía se está esperando.

Campo Testaccio hoy: la naturaleza ha tomado la delantera, cubriendo el foso escavado por la empresa.
Entre tanto, los aficionados romanistas y los habitantes de Testaccio no se han quedado a la espera. La acción más epatante ha sido sin duda la organizada espontáneamente el 17 de noviembre 2013 por la Curva Sud: por la mañana temprano decenas de personas han limpiado el terreno del histórico estadio desde los escombros, la basura y las malas hierbas. Entre las muchas manos a la obra, también las del grande Giorgio Rossi: el histórico masajista de la Roma, ya jubilado después de 55 años al servicio del equipo, a espalar entre los hinchas, con sus 83 años de romanismo a las espaldas. Esta es sin duda la imagen más bella de aquella jornada, recordada también por una pancarta aparecida en la Curva Sud: “Reapropiémonos de lo que es nuestro. Campo Testaccio tienes mucha gloria”.[5]
La demostración de la Sud demostró un gran entusiasmo, hasta el punto de que muchas personalidades mostraron interes los días sucesivos: el Asesor para el Deporte Pancalli, pero sobre todo el Director General de la AS Roma Baldissoni, según el cual, el Campo Testaccio deberá ser «el coronamiento del proyecto para llevar la Roma a la ciudad a través de su sector juvenil«. Y también a los pocos días algunos concejales municipales afirmaron que el objetivo es incluir en el centro deportivo un museo de la AS Roma.

La pancarta de la Curva Sud, que ha organizado una acción reivindicativa limpiando el campo.
Walter Campanile, presidente de MyROMA, el supporters trust de AS Roma, comenta así la situación de Campo Testaccio:
“Por años el club no ha sabido valorizar su propia historia y el pueblo romanista no ha tenido la fuerza y la voluntad de defenderla. Campo Testaccio es el resultado de todo esto. Hemos abandonado un lugar sacro y dejado que deviniera objeto de interés, mientras hubiéramos tenido que crecer las nuevas generaciones de romanistas con el espíritu que se vivía en aquellas gradas. Hoy todos dan la culpa a otros y todos esperan que los otros resuelvan los problemas. Desgraciadamente, no creo que este lugar pueda interesar a AS Roma, vistas las lógicas de business emprendidas por el club, pero espero que pueda ser revitalizado y tal vez, por lo menos en este caso, consultando los aficionados para dar un sentido a toda esta vicisitud. Nuestros abuelos y nuestros padres no han entendido la importancia de defender y cuidar Campo Testaccio y ahora está ocurriendo la misma cosa con la introducción de un escudo que no nos pertenece. Valorizar el pasado y transmitir de padre en hijo lo que la Roma es y ha sido es un deber. Solo con estos presupuestos se puede pensar de crecer una nueva generación de aficionados fieles, que prescindan de los resultados y de los futbolistas. MyROMA y todos los socios que represento se auguran que Campo Testaccio pueda ver otra ver la luz en el mino tiempo posible y ofrecemos el trabajo de nuestro supporters trust para acelerar este proceso.”
En cambio, el 3 de noviembre 2014 han sido los ciudadanos de Testaccio del círculo del partido Sinistra Ecologia e Libertà a tomar palabra, en el 85° aniversario del primer partido jugado en Campo Testaccio. “Campo Testaccio bien común”, “161 partidos: 103 victorias, 32 empates, 26 derrotas. La historia no se olvida”, “¡Queremos la escuela de fútbol para los niños del barrio!” son algunos de los eslóganes que han aparecido en la jornada. A propósito hemos entrevistado Graziella Manca, conejal de barrio de SeL, que ha participado a la organización de la iniciativa:
“Difícilmente el Consiglio di Stato volcará la sentencia del Tribunal Administrativo, pero no sabemos cuánto tiempo empleará. De todas formas, incluso si se confirmará la sentencia, el partido será todo por jugar: por esto el consejo de barrio ha pedido una mesa al Ayuntamiento, para desbloquear la situación, tal vez llegando a un acuerdo entre público y privado para restituir dignidad al campo. Campo Testaccio no solo tiene un enorme valor histórico para la afición romanista: es también el único campo de fútbol de propiedad pública en el primer distrito, y su gestión, además, corresponde al distrito mismo. Además, el abandono de la zona crea problemas de degrado y salud a los vecinos, sobre todo a la guardería infantil, a la escuela y a la biblioteca de al lado: muchas veces hemos tenido que intervenir con desinsectaciones y también se han verificado robos. Yo excluyo el proyecto del parking porque no sirve, como se está acabando otro aquí al lado. Nosotros proponemos de aprovechar del foso creado por la empresa no para un Museo de la Roma, que se va a hacer en el nuevo estadio, sino para el Museo de la Afición Romanista. Y además hay que restituir la cancha a las escuelas de fútbol del barrio, que siguen entrenándose y jugando muy lejos. Queremos la restitución del campo de fútbol 11, 8 y 5 y también la construcción del centro deportivo prometido por el actual alcalde Marino en campaña electoral: todo con mucha urgencia, porque por la realización de la obra estaba previsto un máximo de 18 meses, y son 4 años que estamos esperando.”
Entrampado por una vicisitud que es emblema de la Italia de hoy, entre cuestiones pocos trasparentes, intereses privados, justicia lenta y burocracia asfixiante, el terreno del estadio todavía yace abandonado a sí mismo. Pero Campo Testaccio vive: no solo en el recuerdo de quien lo ha vivido y de quien ha escuchado sus historias, sino también en la voluntad de todos los romanistas, los vecinos de Testaccio, los romanos y los amantes del deporte que saben que aquel terreno tiene una sola vocación, dictada por su historia: la de ser un campo de fútbol. El papel de AS Roma en todo esto tiene que ser central: en frente a privados que solo miran a su provecho y en frente a la apatía del Ayuntamiento, el club giallorosso es la única entidad dotada de la fuerza necesaria para restituir Campo Testaccio a la ciudad.

El barrio de Testaccio: originariamente un barrio obrero, ahora la conformación social ha cambiado, pero el romanismo se queda como característica peculiar de la zona. Foto de R. Eats.
Texto en italiano:
La vergogna del Testaccio, lo storico stadio della Roma dalla gloria all’abbandono
Roma, Rione Testaccio. Qui, fra il Monte dei Cocci e la Piramide Cestia, si ergeva il leggendario Campo Testaccio: il simbolo del mito romanista, lo stadio in cui fra il 1929 e il 1940 la squadra giallorossa concesse solo 26 sconfitte su 161 partite. Quella squadra, la Roma del 5-0 sulla Juventus che divenne un film, è rimasta cristallizzata nel tempo come emblema del carattere che ogni tifoso chiede ai propri giocatori di mettere in campo. Quella “Roma testaccina” che sin troppe volte i romanisti sono stati costretti ad evocare nel corso della loro storia. Campo Testaccio è stato il teatro dell’epica giallorossa, di quella preistoria con la quale tutti i romanisti, prima o poi, si devono confrontare.
Di quel tempio del calcio oggi resta solo una grande, orrenda buca, un vuoto che copre quasi interamente il terreno dove sorgeva lo stadio. Sommerso dalle sterpaglie e dai calcinacci, questo rettangolo di città, un tempo calcato dalle prime leggende giallorosse, aspetta in silenzio che arrivi il momento del proprio riscatto.
Lo stadio fu inaugurato il 3 novembre del 1929. Costruito su modello degli stadi inglesi, ospitava fino a 20.000 persone sulle quattro tribune in legno dipinte di giallo e di rosso, che i tifosi facevano tremare battendo i piedi nei momenti di maggiore enfasi. Come è noto, chi non trovava posto sugli affollatissimi spalti, o chi non poteva pagare il biglietto, si arrampicava sul Monte dei Cocci o sulle Mura Aureliane: erano i cosiddetti portoghesi, che tifavano dall’alto vedendo solo mezzo campo e una porta.
I calciatori che calpestarono quella terra fanno parte del mito romanista: Fulvio Bernardini, Attilio Ferraris IV, Guido Masetti, Rodolfo Volk, Amedeo Amadei. I loro nomi risuonano ogni domenica nella Curva Sud dello Stadio Olimpico, nella canzone di Campo Testaccio, l’inno che narra le gesta di quella squadra.
L’atmosfera delle partite giocate lì è stata ricordata da molti come una festa popolare, alla quale prendevano parte tutte le fasce della popolazione: un’esplosione di tifo che intimidiva qualsiasi avversario.
Purtroppo, la festa durò poco più che dieci anni, fino al 1940. Da tempo le tribune di legno oscillavano e davano segni di cedimento, e ad ogni intervento di ristrutturazione diminuivano i posti disponibili. Lo stadio era ormai inadatto a contenere i numeri e l’esuberanza della tifoseria romanista, che da lì a due anni avrebbe festeggiato il primo scudetto della propria storia. La Roma lasciò così il quartiere operaio di Testaccio, per non farvi più ritorno.
Durante la Seconda Guerra Mondiale, il terreno dello stadio ormai demolito divenne un orto urbano e gli spogliatoi vennero spesso usati come bunker per i bombardamenti. Finita la guerra, il terreno passò decenni interminabili di incuria ed abbandono fino a quando nel 2000, alla presenza del Sindaco Rutelli e del Presidente dell’AS Roma Franco Sensi (figlio del progettista dello stadio), fu inaugurato a spese del Comune un campo per l’AS Testaccio e per alcuni settori giovanili della Roma.
Ma il periodo di utilizzo del terreno secondo la sua vocazione storica si interruppe bruscamente nel 2007, quando il Consorzio Romano Parcheggi presentò al Comune il progetto per realizzare un parcheggio interrato (PUP) con sopra un campo da calcio e due campi più piccoli. Nel 2009, ottenuto il diritto di superficie per 90 anni, le ruspe della società di costruzioni demolirono il centro sportivo ed iniziarono a scavare, per poi fermarsi: dopo una lunga attesa cominciarono i problemi, affrontati con un tira e molla di responsabilità fra Comune di Roma e concessionario. Fra le varie responsabilità imputate alla società di costruzione, quella di non aver rispettato i dettami della Soprintendenza nella gestione del materiale archeologico rinvenuto negli scavi. Al contrario, il costruttore si è lamentato per l’eccesso di burocrazia e la perdita di tempo del Comune, che tarda a far arrivare i vari nulla osta necessari per l’inizio dei lavori.
Nel novembre 2012, dopo tre avvisi di minaccia, il Comune di Roma ha revocato la concessione del terreno e intimato al costruttore di coprire la buca scavata. Il terreno di Campo Testaccio è tornato dunque all’abbandono, in attesa della sentenza del TAR, che nel giugno 2013 ha respinto il ricorso dell’azienda e dato ragione al Comune.
Ma dall’azienda hanno fatto sapere: “Impugneremo senza dubbio la sentenza e torneremo a chiedere 9 milioni di euro di danni al Campidoglio”, costringendo pertanto il Comune e tutta la cittadinanza interessata ad attendere la sentenza del Consiglio di Stato, ultimo grado del diritto amministrativo. Una sentenza che tuttora si sta aspettando.
Nel frattempo, i tifosi romanisti e gli abitanti di Testaccio non sono stati a guardare. L’azione più eclatante è stata senza dubbio quella organizzata spontaneamente il 17 novembre 2013 dalla Curva Sud: di prima mattina decine di persone ripulirono il terreno dello storico stadio da calcinacci, immondizia e sterpaglia. Fra le tante mani al lavoro, anche quelle del grande Giorgio Rossi: lo storico massaggiatore della Roma, ormai in pensione dopo 55 anni al servizio dei colori giallorossi, a spalare insieme ai ragazzi, dall’alto dei suoi 83 anni di romanismo. E’ senza dubbio l’immagine più bella di quella giornata, ricordata anche da uno striscione apparso in Curva Sud: “Riappropriamoci di ciò che è nostro. Campo Testaccio c’hai tanta gloria”.
L’azione della Sud destò un gran clamore, tanto da far esporre molte personalità interessate nei giorni immediatamente successivi: l’assessore allo sport Pancalli, ma soprattutto il direttore generale della Roma Baldissoni, secondo il quale Campo Testaccio dovrà essere “il coronamento del progetto di portare la Roma nella città attraverso il suo settore giovanile”. Sempre qualche giorno dopo, alcuni consiglieri municipali dichiararono che l’obiettivo è quello di includere al centro sportivo che si prevede un museo dell’AS Roma.
Walter Campanile, presidente di MyROMA, il supporters trust dell’AS Roma, ha commentato così la vicenda di Campo Testaccio:
“Per anni la AS Roma non ha mai saputo valorizzare la propria storia ed il popolo romanista non ha mai avuto la forza e la volontà di difenderla. Campo Testaccio è il risultato di tutto questo. Abbiamo abbandonato un luogo sacro e lasciato che diventasse oggetto di interesse quando avremmo dovuto far crescere le nuove generazioni di romanisti con lo spirito che si viveva tra quegli spalti. Oggi ognuno dà la colpa a qualcun altro e tutti aspettano che altri risolvano i problemi. Purtroppo non credo che questo luogo possa interessare alla AS Roma visto le logiche di business intraprese dal club, ma mi auguro che possa essere riportato in vita e magari, almeno in questo caso, consultando i tifosi per potergli davvero dare un senso. I nostri nonni e padri non hanno compreso l’importanza di difendere e custodire Campo Testaccio e purtroppo ora sta avvenendo la stessa cosa con l’introduzione di uno stemma che non ci appartiene. Valorizzare il passato e tramandare di padre in figlio ciò che la AS Roma è ed è stata è un dovere. Solo su questi presupposti si può pensare di crescere una nuova generazione di fedeli appassionati a prescindere dai risultati e dai calciatori. MyROMA e tutti i Soci che rappresento si augurano che Campo Testaccio possa rivedere la luce nel più breve tempo possibile e mettiamo a disposizione il nostro supporters trust per accelerare questo processo.”
Il 3 novembre 2014 sono stati invece i cittadini di Testaccio del circolo di Sinistra Ecologia e Libertà a prendere parola, nell’85° anniversario della prima partita giocata a Campo Testaccio. «Campo Testaccio bene comune», «161 incontri: 103 vittorie, 32 pareggi, 26 sconfitte. La storia non si dimentica», «Rivogliamo la scuola calcio per i bambini del Rione!» alcuni degli slogan che sono comparsi nella giornata.
Abbiamo a proposito intervistato Graziella Manca, consigliera del I Municipio di SeL, che ha partecipato all’organizzazione dell’iniziativa:
“Difficilmente il Consiglio di Stato ribalterà il parere del TAR, ma le tempistiche non le sappiamo. Tuttavia, anche se verrà confermata la sentenza, la partita sarà ancora tutta da giocare: per questo il Consiglio del Municipio con una mozione ha richiesto un tavolo al Comune, affinché si tenti di sbloccare la situazione magari arrivando ad un accordo tra pubblico e privato per restituire dignità al Campo. Campo Testaccio non ha solo un enorme valore storico per il tifo romanista: è anche l’unico campo di calcio di proprietà comunale nel I Municipio, il cui affidamento, per di più, spetta al Municipio stesso. Inoltre, la zona abbandonata crea problemi di degrado e salute al vicinato, soprattutto all’asilo nido, alla scuola e alla biblioteca adiacenti: più volte siamo intervenuti con disinfestazioni e si sono verificati dei furti. Escluderei il progetto del parcheggio perché obiettivamente non serve, visto che a breve termineranno i lavori di un altro PUP a breve distanza. A noi piacerebbe sfruttare la buca creata dall’azienda non tanto per un Museo della Roma, che probabilmente si farà nel nuovo stadio, ma per un Museo del Tifo Romanista. E in più bisogna riportarci ad ogni costo le scuole calcio del Rione, che sono ancora costrette ad allenarsi e giocare in giro per la città. Vorremmo il ripristino del campo da calcio, dei campi di calciotto e calcetto, e magari anche la costruzione del polo sportivo promesso dall’attuale Sindaco Marino in campagna elettorale: il tutto con molta urgenza, visto che per la realizzazione dell’opera era previsto un massimo di 18 mesi, mentre sono passati 4 anni.”
Intrappolato da una vicenda che è un emblema dell’Italia di oggi, fra questioni poco trasparenti, interessi privati, giustizia lenta e burocrazia asfissiante delle istituzioni, il terreno dello stadio giace ancora abbandonato a sé stesso. Ma Campo Testaccio vive ancora: non solo nel ricordo di chi lo ha vissuto e di chi ne ha sentito le storie, ma anche nella volontà di tutti i romanisti, i testaccini, i romani e gli sportivi che sanno che quel terreno ha una sola vocazione, dettata dalla sua storia: quella di essere un campo da calcio. Il ruolo dell’AS Roma in tutto ciò deve essere centrale: di fronte a privati che mirano solo al proprio profitto e di fronte all’apatia del Comune, la società giallorossa risulta essere l’unica entità dotata della forza necessaria per restituire Campo Testaccio alla città.
Valerio Curcio
Redactor de «Wanderers, el fútbol del pueblo»
(@ValerioCurcio)
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[1] Monte urbano artificial, construido entre el I y el III siglo d.C., compuesto con restos de ánforas rotas procedentes en mayoría desde la región ibérica llamada Bética.
[2] Pirámide construida en el 12 a.C. como sepulcro de un magistrado romano en perfecto estilo egipcio.
[3] Murallas defensivas de Roma, construidas entre 270 y 275 d.C. por el emperador Aureliano.
[4] Literalmente “portugueses”. En el dialecto romano, “portugués” es cualquier persona que no paga para acceder a un sitio. La forma procede de la costumbre, o creencia, que los portugueses en la Roma del Estado Vaticano eran muy facilitados a la hora de pagar, por proceder de un país muy católico.
[5]Frase de la canción de Campo Testaccio.
4 Comments
Excelente artículo. Felicidades.
Un dìa la comunidad portugués en Roma diò una fiesta donde se comìa y se tomaba, pero solo podian entrar los lusitanos. Fue asì qué muchos Romanos intentaron entrar a la fiesta haciendose pinta de portugués. Y, por eso, desde entonces, «hacerse el portugués» quiere decir gozar de algo sin pagar.
[…] cita es a la una y media en frente del Campo Testaccio, el histórico estadio romanista, hoy vergonzosamente abandonadopor las instituciones y por el club y conquistado por la vegetación. Es una cita simbólica: la […]
Esto es ¡genial! No he leído algo como esto en mucho tiempo . Maravilloso encontrar a alguien con algunas ideas nuevas sobre este tema. Este blog es algo que se necesita en la blogoesfera , alguien con un poco de sinceridad. Un trabajo útil para traer algo nuevo a Internet. Gracias de todos lo que te leemos.