El caso de la joven árbitra que está sopesando retirarse prematuramente por culpa del abuso verbal de un espectador, está teniendo gran difusión en los medios.
Un día Zaira decidió arbitrar, e ir aprendiendo poco a poco ese oficio tan difícil, igual que sucede con los pequeños futbolistas o con los entrenadores más jóvenes. Sin embargo, a algunos, anclados en la intolerancia, parece que les cuesta verlo así, y más al tratarse de una mujer: en un partido reciente, Zaira tuvo que escuchar algo que nadie debería escuchar, y mucho menos a esa pronta edad. Una decisión arbitral, provocó el insulto machista y especialmente hiriente de un aficionado (probablemente padre de uno de los niños que jugaba, para hacerlo aún más lamentable). Y no era la primera vez que le pasaba, pero sí la más grave y dolorosa. Nosotros, igual que ella, no lo entendemos.

Zaira, antes de un partido
A través de nuestro progresivo acercamiento al fútbol femenino, hemos podido descubrir todas las trabas, todo lo que tienen que superar las mujeres en este deporte, y por eso ahora aplaudimos la valentía de Zaira y la animamos a que siga disfrutando del fútbol desde el puesto de árbitro.
Los que te conocemos como espectadora, viendo a tus hermanos jugar con nosotros, sabemos que no estás pidiendo para ti ni un ápice más de respeto del que tienes por los demás, así que nos sumamos a la avalancha de mensajes de apoyo para que no renuncies a una pasión por culpa de los errores de otros.
Desde el U.C. Ceares y Wanderers, el fútbol del pueblo queremos dejar claro nuestro rechazo a este tipo de comportamientos y nuestro compromiso de seguir luchando para erradicarlos del fútbol.