El presidente blaugrana, Josep María Bartomeu, ha tenido que recular. Lo ha hecho para al menos asegurarse que el patrocinador principal de camiseta del FC Barcelona pague una cifra en torno a 35 millones de euros para lucir su marca. Qatar Airways renueva el contrato de publicidad con las mismas condiciones que la temporada anterior, eso a pesar de que meses atrás se rompieran las negociaciones y de que la Junta Directiva filtrase que se podrían recibir hasta 60M€ para la campaña 2016/17.
Hace un año, antes de las elecciones en ‘Can Barça’ en junio de 2015, Bartomeu aseguró que existía un acuerdo por el que la compañía aérea duplicaría el precio pagado para plasmar su firma sobre la camiseta. Dicha negociación fue utilizada por el actual presidente en la campaña electoral en la que posteriormente acabo ganando holgadamente. Sin embargo, a mediados de octubre una comitiva viajó hasta Qatar para elevar sus pretensiones: El Barça venía de ganar el ‘triplete’, había que tirar de la cuerda.
Los empresarios de Qatar Airways no se lo tomaron demasiado bien y rompieron el acuerdo, si ya estaban de acuerdo no había razón para renegociar. En los meses sucesivos, comenzó una campaña en la que se buscaba un patrocinador a la altura de lo que pedía el conjunto blaugrana. La idea de Amazon cogió fuerza. Sin embargo, la potente web de ventas todavía no estaba lista para desembolsar la millonada que piden en Barcelona.
Los meses fueron pasando y desde la cúpula del Camp Nou se aseguraba que si ninguna compañía ofrecía un contrato a la altura, la camiseta volvería a ser limpia. Sin embargo, hubo un acontecimiento que obligó a cambiar esta decisión. El pasado 4 de julio un acto judicial obligaba al FC Barcelona a devolver 47 millones de euros por los terrenos de Can Rigalt. Así se informaba en el comunicado oficial:
El Laudo Arbitral establece que el FC Barcelona tendrá que deshacer la operación realizada en el año 2005 y recuperar de la Sociedad Mercantil ‘Inmobiliaria Mar’ los 10.000 metros cuadrados de este sector que el Club le vendió en aquel momento. En el año 2005, esta operación generó unos beneficios de 28,6 milones de euros y permitió que el Club cerrara sus cuentas anuales con unos beneficios de 35,2 millones de euros antes de impuestos. Por tanto, el importe fijado por esta resolución arbitral es de 47 millones de euros, que resultan de la suma de los 35,4 millones de euros que el club cobró ahora hace once años más los intereses legales correspondientes.
Este inconveniente judicial ha hecho recular a la Junta Directiva que vuelve a cambiar su posición por tercera vez en un año. De esta manera, a todo correr y sin aún retirar la campaña de publicidad de la temporada anterior, la opción más fácil era renovar el contrato con Qatar Airways del año anterior. No sé conseguía el contrato millonario prometido pero al menos se puede tapar el agujero de Can Rigalt.

Josep María Bartomeu
Para la Bartomeu poco importan las denuncias de diferentes sindicatos a la compañía por, entre otras cosas, obligar a las azafatas a permanecer solteras durante 5 años. Condiciones de trabajo inaceptables con las que la empresa ha crecido a un ritmo vertiginoso en la última década. El secreto del éxito: los subsidios recibidos por los países del golfo dónde no se respetan los derechos humanos que les permiten recibir préstamos sin intereses, pagar mucho menos por el gasoleo y reducir los costes en los aeropuertos.
Pero todo esto nada importa al FC Barcelona, una entidad que durante 107 años no “manchó” su remera con publicidad. Fue en 2006 cuándo se rompió la tradición para apoyar a UNICEF, en aquella ocasión la arcas del club no vieron aumentarse ya que se consideraba un acto de altruismo por parte de la entidad catalana. Poco a poco, el logo de la ONG fue perdiendo protagonismo en virtud de Qatar Foundation. Al final, como todo en el fútbol moderno, el dinero acabó imponiéndose por encima de la ética y de moralidad.