Visto la poca afición que congrega el fútbol en el país que será sede del Mundial en el año 2022, los propietarios de los petrodólares han decido poner solución al escaso ambiente que puebla los estadios “comprando” a aficionados.
Un claro ejemplo fue la pasada Supercopa de Italia celebrada en Doha el pasado 22 de diciembre. Juventus y Napoli se llevaron 2 millones de euros cada uno por disputar el primer título de la temporada a más de 5000km de su país (además del suculento pellizco que se llevo la federación italiana). Pero a pesar de estar decidiéndose un título, el ambiente durante la mayor parte del encuentro fue de silencio total en las gradas, tan poca era la animación que se llegaba a escuchar los gritos de los jugadores durante el partido, que por cierto tuvo 4 goles y llego a prórroga y penaltis.
Quizá este triste clima ha preocupado a jeques y otros magnates del fútbol de un país que a pesar de traer jugadores de gran nivel a sus ligas ven cómo su campeonato no atrae público. Así, según algunos medios qataríes se está pagando a inmigrantes africanos y asiáticos para acudir a los estadios y animar a un determinado equipo por un precio de 80 céntimos la hora.
Si alguno pensaba que el negocio en el fútbol estaba ya explotado, en Qatar han demostrado que todavía se puede dar un paso más comprando aficionados.
Fuente | Fútbol finanzas