El de ayer pudo ser el último partido del Steaua de Bucarest, tal y como lo conocemos en Europa. Después de llegar a un acuerdo con el Ministerio de Defensa de Rumania para jugar hasta final de año con su actual identidad, el Campeón de Europa de 1986 perderá el 1 de enero su nombre, su escudo y sus colores, a no ser que sus dirigentes lleguen a un acuerdo con el Ministerio de Defensa el próximo 15 de diciembre.

Fuente: espanol.hotnews.ro
La historia del club siempre ha sido muy controvertida. El club fue fundado como ASA Bucarest por el Ejército Real rumano el 7 de junio de 1947. Al comienzo de su primera temporada, a pesar de participar en el play-off de ascenso a Liga II, el Carmen Bucureşti fue disuelto por razones políticas y su lugar en Liga I fue ocupado por el ASA Bucarest.
A partir de 1947, el gobierno comunista estableció normas que indicaban que cada asociación deportiva iba a estar vinculada a una determinada forma de sindicato o de institución gubernamental poniéndole punto y final al deporte profesional. Con la abolición del futbol profesional por la nueva normativa, los jugadores se movían entre los equipos mediante acuerdos entre las instituciones del gobierno. Al ser el club del Ejército, los futbolistas jóvenes se vieron tentados por el ASA a unirse a sus filas, ya que en esos momentos era la institución que mejores condiciones garantizaba, tanto profesionales como académicas. En 1961 el club modificó su nombre al de CSA(Club Deportivo del Ejército) Steaua. Durante la segunda mitad de la década de los 80, Valentin, el hijo adoptivo del dictador Nicolae Ceauşescu, fue acusado a nivel nacional del amaño de partidos y de favorecer al club mediante la transferencia de los mejores jugadores nacionales.
Destacar que en esa época, en concreto en 1986, el Steaua de Bucarest consiguió hasta la fecha su mayor logro deportivo, convirtiéndose en el primer equipo del Este en conseguir la Copa de Europa, gracias a la victoria por penaltis en la final disputada en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán frente al F.C.Barcelona
Tras la revolución rumana de 1989, los mejores jugadores del club emigraron hacia clubes de occidente y en 1998, el club de futbol se desligo del CSA Steaua cambiando su nombre por FC Steaua Bucarest y así, desvinculándose de las organizaciones gubernamentales.
En 2003, el controvertido George Becali se convirtió en el máximo accionista del club. Becali es un conocido político rumano que llegó a sentarse en el Parlamento Europeo entre 2009 y 2012 y en el de su propio país entre 2012 y 2013. Pese a que sus acciones del club han pasado a manos de sus nietos los cuales lo controlan actualmente, aun sigue influyendo en las decisiones que se toman, y su condición penitenciaria no facilita la reacción del club rumano ante este caso.

Fuente: Wikipedia
El conflicto por los derechos de la marca tuvo su origen en 2004, cuando acusaron al actual propietario de la institución, George Becali, del registró de la marca como propia, lo que generó una demanda del organismo estatal que, de acuerdo a los registros, ya había realizado esa acción en 1947. La denuncia no llego hasta 2011, cuando el CSA reclamó la patente y derechos de explotación del nombre de “Steaua”. La familia Becali logró que la justicia le diese la razón en primera instancia, pero el Tribunal Superior de Justicia de Rumanía aceptó la apelación del CSA.
Esta decisión motiva que el Steaua no pueda lucir su escudo sobre la camiseta, no pueda usar los mismos colores (rojo y azul) y ni siquiera utilizar su propio nombre cuando compite. Pese a ello, según medios rumanos, todavía se pueden comprar todo tipo de productos en las tiendas del club con la actual marca.

Fuente: futbolete.com
Veremos como avanza todo este tema durante los próximos dos meses que hay parón en la liga rumana, pero todo hace parecer que el interés del CSA es meramente económico, ya que no parece lógico que después de 13 años presenten una denuncia para recuperar su histórica marca.
Joseba Colera
redactor de «Wanderers, el fútbol del pueblo»